martes, junio 14, 2005

Cumple viejo anhelo Centro de Alto Rendimiento

A principios de la década de los 90 César Sánchez Frehem lo contempló como una posibilidad; en 1996, Amparo Pelayo Torres lo tuvo como un anhelo; y en 2005, Saúl Castro Verdugo lo convirtió en una realidad tangible, que en un lapso no mayor a los tres años, deberá aportar sus primeros resultados.
Es el Centro de Alto Rendimiento, ese inmueble construido en los terrenos de la Universidad Autónoma de Baja California al que el gobierno del estado le ha inyectado una buena cantidad de recursos y los que aun faltan por aplicarse, pues las instalaciones apenas se han concluido en la primera de sus tres etapas.
La de Sánchez Frehem fue una visión que tuvo como jefe del Departamento Deportivo Municipal y que posteriormente empujó ya en su calidad de regidor de deportes, pero aunque hizo un planteamiento ante el Comité Olímpico Mexicano en el que en un tiempo trabajo, su intento no prosperó porque le hizo falta tiempo.
Luego vino Pelayo Torres, quien como directora del Instituto de la Juventud y el Deporte, contempló la construcción de un Centro de Alto Rendimiento y hasta se dio el lujo de ver algunos predios, uno de ellos cercano a Tecate, en donde admnistraciones anteriores iniciaron lo que pretendía ser la penitenciaría estatal.
A Pelayo Torres, que en ese tiempo tuvo como asesor a Castro Verdugo, le fallaron los cálculos y aunque hizo las gestiones ante las autoridade federales y éstas le otorgaron algunos apoyos, su intento por construir un Centro de Alto Rendimiento quedó sólo en eso: una buena intención.
Sin embargo, los esfuerzos de Sánchez Frehem y Pelayo Torres, si pudieron ser capitalizados por Castro Verdugo, quien con una maestría en Alemania y desde su puesto como Director del Instituto del Deporte y la Cultura Física, logró el respaldo del gobernador para convertir ese viejo anhelo, en una realidad.
Meritorio el trabajo de Saúl, pero no debe soslayarse la labor de César y Amparo, que en su momento hicieron los intentos por cristalizar este Centro de Alto Rendimiento, que mejorará en mucho el séptimo lugar que Baja Califonria logró en 2004 en la Olimpiada Nacional y que previa a la del 2005, Castro Verdugo vaticinó terminaría entre los tres primeros sitios, pero tuvo que conformarse con una cuarta posición.
Como quiera que sea, Castro Verdugo quedará registrado en la historia del deporte bajacaliforniano como quien hizo posible el anhelo de quienes lo antecedieron pero carecieron de la habilidad y el apoyo que a él le han sobrado.