miércoles, junio 16, 2004

Tijuana, paraíso beisbolero

A 23 años de distancia, Mike Paul, quien fuera parte de los Potros de Tijuana entre 1977 y 1981, recuerda con mucho cariño su paso por esta ciudad y al rebuscar en el baúl de sus recuerdos, aún tiene presente su estancia en el estadio del Cerro Colorado, el cual tiene bajo el concepto de ser un paraíso para los serpentineros.

Paul, ahora convertido en buscador de los Diamantes de Arizona en las Grandes Ligas, no duda ni un instante en decir que Tijuana es una excelente plaza para el beisbol y de nueva cuenta echa para atrás su memoria y recuerda que mientras jugó para la novena local, hizo muchos amigos.

"Ese estadio es un paraíso para los pichers", insiste y refiere que en su última campaña, en 1981, jugando para Tijuana logró una buena marca con 10-3 en ganados y perdidos, y despúes de esa temporada no más retornó a esta ciudad, pero guarda gratos recuerdos.

Mike llegó aquí el año de expansión del beisbol de la Liga Mexicana del Pacífico, en 1977, cuando junto con Aguilas de Mexicali, la ciudad de Tijuana ingresó al circuito invernal y él estuvo en la escuadra local como uno de los mejores serpentineros del circuito invernal.

En el palco de prensa del Petco Park de San Diego, California, donde Paul realizaba su labor como "scout" de los Diamantes, comentó su alegría por el retorno del beisbol a Tijuana, aunque ahora no es en la Liga del Pacífico, sino en la Mexicana de Verano.

"Mucho mejor, porque durante el verano se tiene un clima ideal para la práctica del beisbol", comentó el ex serpentinero del equipo de Tijuana, quien dijo espera la oportunidad de acudir a los juegos de postemporada del equipo Toros.

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